la inosencia de tus ojos y la furia de tu sangre envenenaron mi mente del letal amor, que como puede que fluya, tambien puede que se seque, pero al final tan solo quedara el dolor, que
es la marca que el destino deja cuando un hombre se intoxica paso a paso por una mujer, y pone como rastro los retazos de su ser.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home